Los días que me toca quedarme sola en casa trabajando suelo prepararme un almuerzo sencillo sin grandes complicaciones. Muchas veces aprovecho las verduras que haya en la despensa y las acompaño de uno o dos huevos para aportar algo de proteína. Inspirándome en un plato típico de la cocina de del norte de África llamado shakshuka, hace poco aproveché que tenía el horno encendido para preparar este gratinado de pimiento y tomate con huevo.
La base de la receta es muy sencilla, ya que partiendo del pimiento y el tomate podemos añadir o sustituir ingredientes al gusto, aunque yo no prescindiría del toque de azafrán. Se trata de crear una cama de vegetales muy aromática, con textura de salsa jugosa, para terminar de cocinar todo junto en el horno con un huevo encima.
1 puerro, 1 pimiento amarillo grande, 2 tomates maduros, 1 cucharadita de comino en grano, 1 hoja de laurel, 1 cucharadita de tomillo, 1/2 cucharadita de perejil, 1 pizca de azafrán, pimienta negra, sal , 2 huevos, aceite de oliva virgen extra.Lavar y secar bien las verduras. Picar el puerro, cortar el pimiento en tiras desechando las semillas, y trocear el tomate. Poner una sartén al fuego con el comino en grano, y dejar que se tuesten ligeramente. Añadir unas cucharadas de aceite de oliva y cocinar el puerro con el laurel unos 5 minutos hasta que se transparente.
Añadir el pimiento y cocinar otros 5 minutos a fuego vivo. Sazonar con el tomillo y el perejil, añadir el tomate y el azafrán, y salpimentar ligeramente. Cocinar a temperatura media, removiendo bien, hasta que el tomate esté prácticamente deshecho. Añadir un poco de agua a medida que se vaya evaporando el líquido.
Cuando tenga una textura espesa, retirar la hoja de laurel. Repartir la mezcla en dos cazuelitas o sartenes individuales y formar un pequeño hueco en el centro. Con cuidado, romper un huevo en cada uno. Cocinar, tapado si se desea, sobre fuego muy suave hasta que el huevo esté cuajado al gusto, durante unos 10 o 15 minutos.
Tiempo de elaboración | 45 minutos
Dificultad | Fácil
Ahora que estamos en pleno verano será mejor dejar reposar un poco fuera del horno cada gratinado de pimiento y tomate con huevo. El punto de horneado dependerá del gusto personal, pero lo mejor sin duda es que la yema sólo haya cuajado por la superficie, para que al pinchar por debajo se mezcle con el resto de ingredientes. Es imprescindible acompañar este plato de un buen pan.
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